Descubrir un efecto e incorporarlo a tu sonido es un viaje de ida. Es una especie de revelación que presenta un mundo nuevo de voces y tonos, y se siente casi como si el efecto te encontrara, y a la vez encontrara una nueva versión de sí mismo. Al menos para nosotros, nuestro primer pedal fue una revelación, y esto sucedió en un momento en que —a excepción de los pedales de segunda mano o para aquellos que llegaron en una maleta desde el extranjero— no existía, ni existe hoy en Uruguay una gran oferta de equipamiento de calidad a un costo razonable.